Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

viernes, 20 de junio de 2008

Mundo submarino

Ayer mientras hacía un encargo recordé aquellos documentales que veía por la tele de cría en los que Cousteau y su nariz en forma de aleta de tiburón se adentraban en la geografía océana.

Primero os contaré que ya me he repuesto de una molesta infección de garganta que me hizo subir la fiebre y que tengo un trabajo un poco marciano con el que, por lo menos, voy soltándome en la llengua del país.

No me sorprende que la ciudadanía del lugar se suscriba a mútuas sanitarias dada la situación del servicio público de salud. La semana pasada, que tuve que ir a que me recetaran antibióticos, el médico que me atendió me recomendó que pidiera tarjeta sanitaria del lugar en vez de andar con mi txartela de osakidetza. Ni muerta!. Me preguntó cuanto tiempo tardaron entre que me dijeron de quitar las amígdalas y la operación. Yo le dije que unos 45 días. En Catalunya tienen grave escasez de médicos y todos están estresados. Lo sé, trabajo con cuatro o cinco.

El caso es que a una paciente muy bien conocida por mí, le hicieron un TAC, pero lo extraviaron. No llegó al ambulatorio. Así que ayer fuí al centro hospitalario (el centro neurálgico sanitario manresano) y pregunté en informació donde podría reclamar un TAC perdido. La informante me dijo: "En archivos. Baja a la planta -2 y pregunta allí". Y yo extrañada: "¿Puedo ir yo a archivos?".
Así que agarré el primer ascensor que se abrió. (Aquí siempre pienso en Tom Hanks en Splash! cuando tiene prisa por pillar uno de los ascensores) y bajé. Llego a un hall del que se ve la sala demantenimiento y se oye ruido de martillazos. Todo deshabitado. Puertas abiertas y pasillos fantasmales. Da un poco de mal rollo. Veo una puerta verde que pone "arxius". La abro. Da paso a una estrecha galería que acojona. Sigo el pasillo esperando encontrarme con Freddy Krugger. Llego al final. Otra puerta y un timbre en el que se indica que es para llamar a archivos. Lo pulso. Se abre una ventana opaca y aparece una joven vestida de personal de ambulancia. Le cuento el rollo y ella va a buscar el tac. Chafardeo la vista de la ventana. Hay cuatro o cinco chavales de ambos sexos en sillas de oficina charlando animadamente y sin pegar un palo. Ordenadores encendidos y mucho papeleo. La chica vuelve y me dice que sí lo tienen, que si lo quiero, que traiga una autorización de la paciente para que me lo graben en un cd.

Así que espero volver en busca del tac perdido y espero que no me quieran cobrar y que son ellos los que lo perdieron.

Inquietante.

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