Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 24 de diciembre de 2013

Nochebuena

Desde anoche ha cambiado el tiempo. Ya no me acordaba de ese viento del mar, viento del noroeste  quevsopla fuerte, templado y que trae agua seguro.
Mi padre, anciano, aprovecha la coyuntura para mandarme a mí a los recados. Comprarle el décimo del niño, y sacarle boletos de todas las variedades de la infernal lotería del Estado: Euromillones, gordos varios, bonolotos y hasta el tres en raya si se tercia.
Y al pasar a por pan y periódico, me traigo la tarta que estaba encargada.
Mientras recojo la ropa seca (con este huracàn casero, en un momento) aparece mi hermano mayor con la perra. Ella y yo nos hemos pegado un susto mútuo, pero yo no le he ladrado ni gruñido. Y suena el teléfono. La chica de la pastelería se ha confundido de pastel. Hala, vuelta a la pastelería,  en medio del huracàn, ya con gotas.
Pues ya vamos movidos este día. Ahora a esperar a los críos que vengan a cantar villancicos a casa a cambio de unas monedicas, pero voy a exigir un poco de nivel, nada del "hator, hator", el "los peces en el río", o el "Olentzero". Que se lo curren un poco.
Hoy no hay fotos, que escribo desde la tablet de mi padre. Jo, qué juguetito más majo.
Feliz noche, si la celebráis, y si no, también.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Hator, hator.

Cuando se publique este post espero estar en Donostia disfrutando del olor a txistorra que haga toda la ciudad de Donostia. Espero estar de vuelta la semana que viene. A quienes lo celebréis: Feliz navidad. A quienes no: Ánimo, que sólo son unos días.


Mañana estaré ahí (Ojalá).

El vilancico más famoso de los vascos, antes que el anuncio del turrón, ya decía que volvieras a casa:

jueves, 19 de diciembre de 2013

Guerras ajenas, muertes propias (Recorrido musical)

El tema de la guerra en las canciones es muy habitual. Desde Mambrú se fue a la guerra (Realmente, Marlborough) hasta esa soberbia pieza de los ilegales llamada ángel exterminador, que refleja como pocas el libro "Sin novedad en el frente", de Remarque.

Pero, como yo me he educado en una cultura determinada recuerdo que me impresionaban los temas sobre la guerra que te podías encontrar en canciones como "Umetxoaren ametsak" (Los sueños del niño) de los hermanos Argoitia, en el que el niño, en el regazo de su madre, no entiende por qué su padre está en el cielo esperándolos. Traducción y letra, aquí.


Sin embargo, los temas más conocidos son, curiosamente franceses, desde Solferino-ko itsua, que es un poema de Jean Baptiste Elizanburu sobre un herido invidente en la batalla de Solferino. Esta vez, en la voz del grupo  de los 60 Enarak. Clickando en las palabras azules de este párrafo, encontraréis más información.


Porque lo normal era irse a hacer la mili y abandonar tu casa, como pasaba en "Azken dantza" (El último baile) de Pantxo ta Peio.


Aunque te murieras en Indochina, o Argelia, o donde sea, "pour la patrie", que cantaba Gorka Knörr en "Azken agurraren negarra" (El llanto del último adiós) Letra y traducción aquí


Y es que muchas veces, uno no sabe por qué es carne de cañón y quién ha decidido por ti que debes luchar por algo que no sabes lo que es.

Más claro que el bertsolari Xenpelar en el siglo XIX, no lo decía nadie. Yo recuerdo la  versión de Antton Valverde:

 Pero, además, os dejo la de Karidadeko benta, que es un guiño a take this waltz de Leonard Cohen.


La letra, copiada y traducida a toda velocidad (Sorry), aquí.

martes, 17 de diciembre de 2013

Miedo y mensajes virales

No sé quién es el desequilibrado que se inventa los bulos pero ayer me pasé toda la tarde recibiendo mensajitos en el whatsapp jurándome por lo más sagrado que era verdad que el demonio, esto es, Miguel Ricart estaba residiendo en esta ciudad y que podían certificarlo porque legiones de mossos d'esquadra lo advertían a sus familiares para que no sacaran a los críos a la calle.

No sé a qué viene tanta trola sembradora de pánico. Atentos:

EnviadoBon dia!! Ens acaben d'informar dels Mossos que el Miguel Ricart (assassí de les nenes d'Alcàsser) està a Manresa. Té família aquí (una filla) i ha vingut a passar una temporada. No ens hem d'alarmar, ja que està vigilat, però millor no deixar els nen@s sols. No és cap missatge viral, ve d'una font fidedigna personal. Podeu anar avisant, però millor no crear alarma social.

Lo fantástico es que dice que aviséis pero que "mejor no crear alarma social". Ah, y acaban enviando otro jurando que es verdad porque fulanita tiene muchos familiares en los mossos y se lo han dicho.

No voy a empezar a deciros, aunque podría, que si Ricart es el verdadero asesino de aquellas chicas yo soy Messi, pero podría.

Luego llega esta foto:



Ya hay que ser obseso y mala persona para ir llamando diablo a la gente, por muy expresidiario que sea. A algunos no les vendría mal que tuvieran una ración de su propia medicina acusatoria para que sepan lo que es que te acosen toda la vida, a ver si realmente les gusta.

lunes, 16 de diciembre de 2013

LOMCE en la calle

Ayer, dando una vuelta por esta minicudad con eso de que había fira de Santa Llúcia (Santa Lucía) nos encontramos un par de carteles sobre la nueva ley Wert en dos zonas distintas.

Una, en el casino (bliblioteca central) de esta ciudad:



Otra en la plaça d'Europa:

Es lo que hay y es lo que habrá.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Pop bufo (Un pingüino en mi ascensor)

Siempre ha habido grupos musicales de tono bufo. Estos grupos mezclaban humor y música. Desde La orquesta Mondragón, pasando por Siniestro Total, los Nikis, The Refrescos, los Inhumanos....(Sí, ya lo sé, todos de los 80. ¿Qué queréis?, de niña lo absorbía todo. Había un grupo, bueno, grupo, primero fue un chaval con un teclado, y luego fue -y sigue siendo- un dúo. Lo mejor de este "grupo" eran las letras de sus canciones. Bueno, eran y siguen siendo, porque aún tocan y creo que estaban a punto de parir otro disco. Me refiero a "Un pingüino en mi ascensor".

El pingüino, cuando era uno y esmeralda

Seguro que pensáis que es demasiado nombre para un grupo que, al principio estaba compuesto por un chaval con un casiotone que hacía conciertos para sus colegas en casa de sus padres aprovechando que estos se iban de viaje, allá por mediados de los 80. Luego, este chaval, mandó una maqueta a un concurso radiofónico donde no ganó, pero le ofrecieron grabar un disco de vinilo de los de antes. Y así se profesionalizó José Luis Moro, que era este chaval madrileño, estudiante de derecho. De su primer disco: "espiando a mi vecina de enfrente":



El nombre del pingüino, realmente viene de una famosa casa de lanas, que tenían color esmeralda. Para el segundo disco se buscó un productor, Mario Gil, que había tocado con grupos como Paraíso o La Mode. En este segundo disco "Disfrutar con las desgracias ajenas", Mario pasa a ser el segundo componente de este atípico grupo musical, que tuvo un coro de chicas llamadas primeramente "the retrettes" y luego "las pingüinettes", que eran unas amigas. Nada de cástings. "El balneario":



Con los 90 sus "fanses" fueron perdiendo interés, pero a la venida del nuevo siglo, el grupo, que nunca ha dejado de existir, ha tenido un repunte, e incluso saca nuevas obras. Como no viven de esto sacan disco cuando les viene en gana. Temas siempre llenos de humor. "la balada de Benito Carrizosa", sacada de un viejo anuncio de automóviles.



José Luis nunca ha sido un gran vocalista y él dice no ser buen músico, pero sus canciones tienen bastante gracia, aunque recuerdo haberlo visto por la tele cantando y retorciéndose mientras tocaba el teclado y ponía cara de oler pestilencias, seguro que del esfuerzo. "Mi café". Basado en otro spot (Hay que ver todo lo que ofrece la tele) en el que salía Juan Valdés, el cafetero.



Un grupo bufo del que si escuchas la letra de sus canciones seguro que te levantan una sonrisa.

Buen finde.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Devolver al remitente

Una de las tareas de mi empleo es facturar telemáticamente, y, cuando no es posible, porque muchas veces hay factores que lo impiden, se debe hacer a la manera clásica, mediante papel y enviado por correo ordinario.

Sin embargo las empresas a las que se factura, muchas veces, por fusiones (Y a veces por fisiones del núcleo atómico) cambian sus ubicaciones. Lo malo es que pocas veces lo advierten, y, así, en algunas infortunadas ocasiones, nos devuelven el correo por "dirección desconocida". Hay que ver, que algunas de estas empresas, aunque les pidas la dirección física de su ubicación vía email, aunque sean italianos, se hagan los suecos.

Pues eso, que una de Elvis a ritmo de madison para ellos:

viernes, 6 de diciembre de 2013

Orfeo Negro, hoy, en Zinéfilas

Gracias a la película que hoy queda colgada en Zinefilaz se dio a conocer la Bossa-Nova por todas partes. Una película que baila en el carnaval de Río de Janeiro, que vive en las favelas y que moderniza una de las historias de amor más agridulces de la mitología griega.

La pareja protagonista

La historia mitológica

El Orfeo de los griegos era un tracio de hermosa voz que con sus cantos embelesaba a todos, incluso a la ninfa Eurídice. Orfeo y Eurídice viven felices hasta que el pastor Aristeo siente deseos de ella y la persigue. Eurídice muere y Orfeo, lleno de dolor, acude a Caronte, el barquero de la laguna Estigia (la frontera de la muerte) para poder recuperar de entre los muertos a su bella Eurídice. Caronte, enternecido por los melódicos lamentos del genio musical lo pasa y, de la misma manera que el barquero, el can Cerbero, el perro guardián del infierno de Hades, deja que Orfeo recoja el cadáver de su esposa. Hades y su esposa, Perséfone, la que cada año deja a su infernal marido para que florezca la primavera, le dicen al cantor que vaya delante de ella y que no se le ocurra volverse o su amada regresará al mundo de los muertos. Orfeo cumple venciendo al deseo de llenarse de la imagen de Eurídice y, al salir del lugar que separa a la vida y la muerte, Orfeo la mira, no pudiendo más, pero Eurídice tiene aún un pie en el otro mundo y por ello es arrebatada de los brazos de su amor y devuelta al infierno. Orfeo llora su pérdida con el consuelo único de su lira.

La historia fílmica

Eurídice es una bella joven que llega a un Río de Janeiro que prepara con ilusión el carnaval. Anda perdida y asustada entre el gentío y acaba cogiendo un tranvía que, casualmente, conduce un mocetón guapo llamado Orfeo. Al llegar al fin de trayecto Hermes, el jefe de la estación (Otro guiño a la mitología) le dice como llegar a casa de su prima Serafina.

Hola, prima

A la estación llega Mira, la novia de Orfeo, una mujer celosa de armas tomar, para llevarse a su novio al registro con vistas a casarse en unos días. Pero Orfeo sólo piensa en desempeñar su guitarra, cantar y bailar en el inminente carnaval. A Orfeo, atlético, guapo y simpático se lo rifan las mujeres. Su vecina Serafina consigue entretener a la novia Mira para que Orfeo se escape a su casa y cante alegre con su guitarra.

Orfeo, tranviario

Casualidades de la vida, y de los cuentos, Eurídice y Orfeo se reencuentran, ya que son vecinos accidentales, y el resto mejor lo disfrutáis entre vistas majestuosas de la bahía carioca, tonadas de Vinicius de Moraes y Jobim, y ritmos carnavaleros.


La idea:

Estaba el director francés Marcel Camus en Brasil y se entusiasmó al ver una obra de teatro escrita por el mismísimo Vinicius de Moraes. Se trataba de “Orfeu da Conceiçâo”, y pensó en adaptarla al cine.

La favela huele a carnaval

Un buen día se topó por la calle con Breno Mello, un atleta de 27 años, jugador de fútbol del Fluminense (De Río, como su nombre indica) un joven guapo e imponente, y lo aborda. Al principio Mello cree que el francés busca ligue en él, pero no era eso y hace el cásting. Sale elegido entre 300 chavalotes.

Mello, centrocampista del Renner

Por el contrario, el papel de Eurídice lo hace una actriz profesional de nombre Marpessa Dawn, una  norteamericana a la que llamaban gitana. Marpessa Dawn, al contrario que las actrices de su país, emigró a Europa y allí fue haciendo cosillas en Inglaterra, como su carrera no despegaba, acabó en Francia haciendo de bailarina, donde conoció al director Camus, que se convirtió en su marido, por poco tiempo.

Marpessa Dawn en la peli

Y así rodaron una cinta que encandiló al  primer mundo dando palmas de oro en Cannes u Óscars en lengua extranjera por una historia que en Brasil no gustó porque hacía una caricatura estereotipada de los brasileños negros de las favelas a los que sólo les importa la juerga y el baile. Esa idea exagerada de que  en Brasil sólo sambean o juegan al fútbol, que evoca el sketch aquél de Emilio Aragón del programa “ni en vivo, ni en directo” en el que repetía incesantemente “menos samba e mais trabalhar”, daba una imagen demasiado trucada de lo que es Brasil. Eso por no recordar el capítulo de los Simpsons en que estereotipan a “os brasileiros” como si fueran todos rateros disfrazados a ritmo de samba y driblando a los paisanos con un balón de trapo. Esa historia de los Simpsons gustó tan poco como la película de Orfeo negro. Pobres negritos de favela que prefieren quitarse de comer con tal de tener para disfrazarse y bailar en carnaval, aunque sea al ritmo de una botella estriada de cachaça (Anís del mono no hay, creo)

Orfeo canta para que salga el sol

La película brilló, y gustó, fuera de Brasil. Fue a Cannes, y ganó una palma de oro, fue a los Óscar y ganó a la mejor película de habla no inglesa, pero el protagonista no fue. Breno Mello no acudió al glamour. Nadie lo llamó, a pesar de que era un reclamo famoso y le dio dinero y amores.

Orfeo y Eurídice

Breno Mello, futbolista que llegó a ser compañero de Pelé en el Santos, símbolo sexual de muchas admiradoras, dilapidó la fama y el dinero que le brindó su papel de Orfeo. Al igual que Garrincha, otro gran futbolista nacido pobre, Mello tuvo dinero y lo malgastó. Tuvo amores y no los cuidó. Se fue a vivir a Porto Alegre e, iróncamente, vivió en una favela llamada Tristeza. Acabó yendo a Cannes gracias a un documental sobre Orfeo negro que realizaron dos directores franceses en 2005, a los 46 años de haber rodado el primer film, y a los 6 de la nueva versión brasileña llamada “Orfeu”.

Mello en Cannes, 46 años después


Murió el 14 de julio de 2008, a los 76 años en su casa humilde, completamente solo. Su vida fue lo más parecido a un arco berlanguiano. Ya se sabe, se nace con una muy mala situación, se consiguen unas expectativas inmejorables y se acaba tan mal, o peor que al principio. Mello nació pobre, tuvo dinero y fama y acabó sus días solo y arruinado. Se dieron cuenta de que no lo veían al cabo de un par de días. Las cosas de la vida (O de la muerte), Marpessa Dawn, la gitana, murió en su casa de París, unos 40 días más tarde, el 25 de agosto, a los 74 años. Los dos protagonistas de la película que encumbró la bossa-nova brasileña y la dio a conocer, gracias a una obra de teatro escrita por Vinicius de Moraes, el creador de la chica de Ipanema, acabaron sus días casi a la vez.

Final trágico.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Chéspir era un copión

Me he comido un marrón inmerecidamente por culpa de esa preciosa idea, en la teoría, de hacer ejercicios por parejas en tu clase on line con gente que no conoces. Por simplificarlo mucho, resulta que mi compañera va y hace un copia-pega de otra página y me he comido, junto a ella, una bronca que no pasa a mayores, pero por la que estamos avisadas y podríamos tener una sanción. Me estoy comiendo la mierda de otra y encima mi nombre queda manchado, porque la tutora ha enviado un correo generalizado afeándonos, por igual, a las dos. Lo he encajado con deportividad pero lo considero injusto.

Y como se trata de un curso serio para tipificar mi nivel de inglés, y es que puntúa el poseer un título lingüístico para conseguir reconocimientos curriculares, por mucho que la tutora nos venga con el cuento del plagio (Hay que ser un poco lerda, querida compañera de curso, para copiar de la Wikipedia) me entran unas ganas insanas de contarle a nuestra querida tutora que, ya de paso que se trata de inglés, de las verdades que sobre Shakespeare no se suelen citar, porque no se puede hacer tambalear su reputación.

El orgulloso mundo angloparlante dice que William Shakespeare es el mejor escritor del planeta. Sobre esto no tengo nada que decir, porque aparte de no ser una experta, me importa un carajo si lo fue. Sin embargo se pasan la vida hablando de sus maravillosas obras, sobre todo de teatro, y lo presentan como un genio de la originalidad, sin embargo Shakespeare plagió como un campeón obras de otros autores.

En el caso de Romeo y Julieta, que ha dado paso a óperas, versiones inspiradas, películas y hasta cigarros habanos, ahora se llega a reconocer que Shakespeare pudo copiar de un cuento de Mateo Bandello llamado “los amantes de Verona”, sin embargo era un tema recurrente, al igual que el caso de don Juan, que se ha repetido tantas veces por tantos autores.


Los de Guillermito.

En el caso de Romeo y Julieta, de Verona, las de Bandello y  Shakespeare son sendas obras del XVI,  la del italiano de mediados de siglo y la del inglés de 1597. Bandello fue popular, ya que de su historia de los amantes de Verona un tal Lope de Vega escribió Castelvines y Monteses, claro que como son escritores en marginales lenguas latinas, no importan para la literatura universal, creo.

Pero nadie reconocerá, por lo visto, que hubo un escritor que 100 años antes, acabando el siglo XV, concretamente en 1499 escribió dos versiones de una novela llamada la tragicomedia de Calixto y Melibea, más conocida como la Celestina. Una historia cumbre de la novela castellana que tiene miles de teorías en las que dos mozalbetes tienen una curiosa historia de amor con un final trágico (Venga ya, eso no es un spoiler a estas alturas)

Los de Fernandito

Pero como Fernando de Rojas no escribía en inglés, aunque se sabe que su novela se tradujo a dicha lengua y se dio a conocer por la pérfida Albión, no cuenta ni como original (No creo que lo fuera, pues el personaje de la Trotaconventos ya existía con anterioridad), ni como genialidad de la literatura universal porque eso de pertenecer a una lengua y país marginal lo convierte en menudencia.


Pues eso, que hasta Shakespeare, personaje insoportable gracias al coñazo publicitario dominante anglosajón, copió a gusto aunque nos intenten meter a la fuerza su gran imaginación. Y es que ya se lo dijeron a Coppola, si vas a copiar, hazlo bien, copia de los mejores. Y ya, de paso, di que es un “homenaje”.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Concursos de cocina

Le gustaba sentarse delante del televisor y disfrutar de esos nuevos concursos que se habían puesto de moda en los que un cocinero prepotente, vestido con una chaqueta de faena diseñada por Agatha Ruíz de la Prada, en vivos colores, con más pinta de estibador de puerto que de fino maestro culinario, se dedicaba a humillar, junto a un equipo de cocineros que le daban una coba desmesurada, a un montón de concursantes que habían pasado un desesperante cásting.

Se sentaba a la hora de la cena a devorar con los ojos la pantalla de su televisor examinando lo que los concursantes humillados hacían con unos huesos y despojos, harina y mantequilla, que según decían, se llamaba "velouté" y unos filetes de lomo adobados en zumo de limón. El cocinero con pinta de estibador debía de haber perdido el paladar comiendo bazofia de bar-pocilga en otro programa de esa cadena, que se dedicaba a repetir en un bucle sin fin a todas horas.

Imagínate que ese huevo es el páncreas del jurado.

Estaba mirando con embeleso el televisor cuando sintió la llamada de su estómago. Tanta filigrana culinaria le abría el apetito. Mañana comentaría las vicisitudes de los concursantes con sus compañeros del trabajo, aunque él no tuviera la mínima idea de hacerse una tortilla francesa, no ya un huevo frito con su puntillita y su yema cremosa. Estos programas de cocina de la tele le daban la oportunidad de ver como unos esforzados cocineros lo pasaban mal para que un equipo de maestros los pusieran a parir. Y estaba de acuerdo con ellos. ¿Como se podía presentar un potaje sin meter un geranio en el centro del plato? ¡Menudos salvajes querer presentar el plato hondo lleno de legumbres sin más!Mientras los veía hacer equilibrios por la cocina, desde la pantalla de su televisor, no podía estar más de acuerdo en lo que decía el cocinero-estibador de la chaqueta naranja fosforito. ¡No tienen ni idea de cocinar! Pero iba sintiendo el hormigueo estomacal.

Menos mal que ya habían tocado el timbre de la puerta en ese momento y el motero con las pizzas llegaba a tiempo.