Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

miércoles, 4 de enero de 2017

Carencia de tópicos

No estoy habituada a las grandes comilonas. Al contrario, como poquito. Tampoco bebo en abundancia. Disfruto comiendo, eso sí, pero no a la manera de Pantagruel. Bebiendo no tanto. Soy, digamos, bebedora social. De otra manera, rara vez. Es que no me excedo ni con el agua. Puede que hasta me hidrate mal y todo.

Aplicando el tópico, soy mala vasca. Ni como ni bebo en abundancia. Es más, rizando el rizo, ni como, ni bebo, ni juego. Y en esto sí que se nota que no me parezco a los de mi tierra. Ni juego ni apuesto. Es que ni a la lotería. Mi familia política me dice que soy una ceniza, que así como nos va a tocar algo, pero es que tener que sufrir las clases de estadística aplicada a las ciencias sociales que di en la facultad sirven, por lo menos, para saber que la probabilidad de que toque un premio gordo, a repartir con hacienda, son miserables.  

Mis paisanos vascos son jugadores con querencia. Los llamados "deportes vascos" no tienen sentido por sí solos. Existen porque se apuesta sobre ellos. Desde fuera no se entiende cómo que un tío levante piedras de 150 kilos sea un deporte, ni que dos señores con un hacha se deslomen deshaciendo  troncos, ni ver cómo un tipo con una guadaña siega un campo de hierba a toda velocidad, ni que otro acarree pesas de un lugar a otro, ni que unos bueyes tiren de una piedra dando vueltas a una superficie adoquinada. Todo esto son "deportes vascos" basados en el trabajo cotidiano que si se han transformado en "deportes" y espectáculo no es por ver su belleza plástica, sino por la cantidad de pasta que se juega en ellos.

Lotería del niño de 2016, Pasai Antxo.

Estos deportes no existirían si no hubiera nadie que, para hacer más interesante el trabajo, apostara si se es capaz de alzar tres veces esa piedra en menos de diez minutos, quién es más rápido cortando una serie de troncos, quién siega más rápido la hierba, o qué pareja de bueyes da más vueltas arrastrando una mole. Esa es la esencia y el motor de estos deportes. El vasco es jugador.

Harrijasotzaileak (Levantadores de piedra) los Perurena, padre e hijo.

De hecho los dos deportes más conocidos de los vascos también tienen su esencia apostadora: La pelota y el remo de banco fijo. Da igual el tipo de pelota que se juegue: Mano, pala corta, pala larga, cesta, en trinquete, en frontón largo, en corto, por parejas, individual...Es lo mismo. Es un deporte profesional. Hay pelotaris que se dedican exclusivamente a esto, pero la de tela que se juega es impresionante. 

El riojano Titin III, todo un campeón

Una vez me tocó estar de canchera en una final manomanista (Ganó Olaizola II) y, al acabar, pasé por delante del cuarto de corredores (de apuestas) y contaban una cantidad de billetes que mareaba. Si alguna vez vuelven a echar en la tele partidos de pelota, quedaos como siempre hay alguien gritando y , de tanto en tanto, vuelan pelotas huecas de tenis donde se lanzan y aceptan apuestas. Oiréis apuestas a rojo o azul, según vista el jugador(es).

Corredor de apuestas en el Atano III de Donostia

En el remo de banco fijo (Regatas de traineras) también se da el fenómeno de las apuestas. Es un espectáculo. A veces, en los bares de toda la vida, en la pizarra se ve apuestas tipo "Orio le saca 10'' a San Juan" y, a continuación, "aceptada". Las regatas evolucionaron desde que las traineras iban lo más rápido posible a hacerse dueña de una ballena capturada, hasta ahora, ya que ballenas, pocas, aunque hoy mismo haya una despistada en Getaria.

Alguien acepta la apuesta de que Orio no entra entre los 2 primeros

Los vascos son jugadores y les gusta apostar. Hasta el juego vasco de cartas por antonomasia va entorno a las apuestas: El mus. Si hasta ha quedado en el imaginario popular esa historia del tipo que apostó y perdió el dinero, la casa, las tierras y hasta la esposa jugando a las cartas. Cosa que pasaba hasta con los reyes. Cuentan las leyendas que  Sancho VII de Navarra, el fuerte, perdió el condado de Treviño jugando a las cartas contra Alfonso VIII de Castilla (Es una leyenda, y además falsa), y sin embargo, el mismo rey navarro, le ganó Petilla de Aragón a Pedro II de ídem. (También es falso). Lo que saca a relucir es que el imaginario popular tenía Sancho VII "el cachas" como si fuera un tahúr del Mississippi. 

Hasta las leyendas que se cuentan de padres a hijos en Euskal Herria tienen el juego insertado. 

5 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Que cosas dices, ni comes, ni bebes, ni juegas, ¿y de lo demás?. Perdona pero me lo has puesto a huevo.

Espero que no te lo tomes a mal, un abrazo.

Juli Gan dijo...

Jaaaajaja, Emilio, ¿Es que no sabes que el otro gran tópico del País Vasco es que allí no se folla? Ni en eso me parezco porque no me puedo quejar. ;)

dintel dijo...

Vaya, el único tópico que conozco es el Tópico de cáncer. (Sí, los Reyes no me han traído un humor nuevo).

Emilio Manuel dijo...

Joer, no me lo puedo creer, he tenido que buscar si lo que dices es cierto o no, y es verdad, en el país vasco no se folla, ahora entiendo la seriedad de ese pueblo.

Un abrazo, si tu no te quejas es porque has salido de allí.

Juli Gan dijo...

Dintel: ¿Y para qué quieres un humor nuevo si el viejo funciona estupendamente? Se me pasó por la cabeza poner el mismo chiste, pero se quejan tan a menudo de mis juegos de palabras que me autocensuro.

Emilio: Jajaja. No deja de ser un tópico, claro. Los que pusieron de moda ese tópico fueron los guionistas de "vaya semanita". Será que ellos tenían problemas.